Durante mucho
tiempo y hoy en día, los productores ganaderos del Estado tienen un problema que les dificulta la producción de
ganado y sus derivados, una de las razones es la brucelosis
bovina, esta es una enfermedad infectocontagiosa conocida también como aborto
infeccioso. Esta afecta a bovinos de todas las edades, pero persiste con mayor
frecuencia en animales sexualmente adultos, principalmente en ganaderías de
cría y leche; además, son expuestas a la enfermedad otras especies como los
porcinos, ovinos y caprinos.
Esta
enfermedad es reconocida también como una zoonosis, esto quiere decir que se
transmite en forma natural de los animales vertebrados al hombre poniendo en
riesgo la salud de los ganaderos y del personal de campo, así como de los
consumidores de leche de animales enfermos. Esta enfermedad es producida por
una bacteria llamada Brucella Abortus, es un microorganismo que puede ser
eliminado en la leche, en las heces, fetos abortados y terneros aparentemente
sanos de vacas infectadas.
La
enfermedad puede llegar a los animales por el consumo de pasto y aguas
contaminadas por secreciones de vacas infectadas, por alimentación de terneros
con leche de vacas infectadas o por la inseminación artificial, así como el
contacto con animales infectados en ferias, exposiciones u otros eventos de
concentración.
Esto
trae consigo pérdidas económicas, ya que disminuye hasta un 20% la producción
de leche, pérdidas de crías, pérdidas de lactancia, eliminación de toros y
vacas, mayores días entre partos y los elevados costos de asistencia para
tratamientos inefectivos.
Aun
así, se pueden tomar medidas de prevención contra la brucelosis, esto se puede
aplicar haciendo exámenes periódicos al hato para conocer el estado sanitario
de los animales, adquiriendo animales de ganadería certificadas o que hayan
sido previamente examinadas con resultados negativos de brucelosis. Así, además
de reducir las pérdidas, aumentaran las ganancias por un mejor precio de la
leche y se evitaran riesgos para la salud de los ganaderos.
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